viernes, 7 de febrero de 2014

Quiero contarte:


Quiero contarte, que fue un gran año para mi, que me tome el tiempo de descubrirme, y de permitirme salir. de permitirme ser. Me aleje de todo lo que me hacia mal, bueno, no. Quizás no todo, ¿Que es de esta vida sin un poco de sal? Deje de fumar. bueno.. deje de fumar regularmente, deje de comprar cigarrillos, deje de sentir la necesidad imperante de fumar propia del vicio, comprendí en actos el daño que significaba en mi vida, y me atrevo a decir, que lo deje. A pesar de que muchas veces aun lo disfrute, esporádicamente, como viejo habito, y por sobre todas las cosas, como le dije sinceramente a un amigo que me pregunto al verme fumar, las victorias, y los fracasos, siempre fueron con el pucho, y así, va  a seguir siendo.

Quiero contarte, que aunque me costo mucho, mucho dolor, mucho sacrificio, mucho esfuerzo porque no es algo que pueda hacer naturalmente, aleje de mi vida a gente muy querida, que me hacia mucho daño. Entendí finalmente que el cariño no justifica nunca el maltrato, el mal estar. Y no fue nada fácil, pero me siento mucho mas feliz desde entonces, me siento bien, conmigo misma y con esta decisión, porque implico felicidad en mi vida y sobre todo sentí alivio, al ya no sentir dolor, sufrimiento, bronca, tristeza y todas esas cosas negativas que generaba en mi una relación que agradezco que haya existido porque me enseño algo que no hubiera aprendido de otra manera. Y me hace sentir orgullosa el haber sabido terminar con eso.

Quiero contarte, que tuve que aprender a convivir con mis estados de animo sin el estabilizador que era para mi el cigarrillo. Debo aclarar que mis estados de animo... sinceramente no creo que sean como los de las demás personas. Los altibajos gobiernan mis días, esa es la ley. Altibajos. Eternos, inestables. Difíciles de combatir. Difíciles de vivir porque anteriormente solo los mantenía a base de nicotina y ahí la vida era mas sencilla, claro que el costo, era la vida. Me tome el tiempo de vivir, escuchar, y sobrevivir a cada uno de mis estados, a cada uno de mis altibajos, y en cada una de las situaciones tome la decisión de sobre llevarlos. De superarlos. De permitirles la existencia y su manifestación en medio de mi vida cotidiana, pero no les permití que intervinieran en mis metas. En mis planes a largo plazo. Y me siento muy bien por eso.

Quiero contarte, que sentí un renovado amor y fascinacion por lo que hago conmigo y de mi vida, que es a grandes razgos estudiar psicología, porque este redescubrimiento y crecimiento en mi viene en términos de superador de crisis, crisis en la que viví masomenos todo el año anterior. Desperté un día y descubrí, casi mágicamente, que lo que quiero hacer, es... lo que estoy haciendo. Que no debo correr a ningún lado por un cambio de vida en busca de lo que quiero saber, aprender, en búsqueda de nada, porque estoy donde debo estar para hacer lo que quiero, solo que ahora que lo se, no debo permitir que se me olvide. Fue extraño y casi mágico descubrir que lo que quiero hacer es estudiar psicología, siendo estudiante de psicología. Que terribles son las crisis que nos hacen olvidar de cosas como esta. Me sorprende, pero me alegra ahora saberlo, y me comprometo con mi deseo de hacer esto y me prometo brindarle las energías que se necesitan, ocupar el tiempo en esto. Que no es más de lo que sin saber estaba haciendo, solo que sin ganas, solo que apática, perdida en mi crisis. Ahora puedo hacerlo de una manera diferente, despierta y dispuesta.

Quiero contarte, que aunque siempre supe que los temas del amor no son mi fuerte, este año de redescubrimiento en mi, una oportunidad mostró su luz a lo lejos, apareció alguien que me hizo querer superarme. Y aunque por diferentes situaciones nuestra relación simplemente no se dió, me hizo darme cuenta que mis problemas en mis relaciones, nunca fueron el querer, sino el dejarme querer. Y no entiendo a veces como es que no me di cuenta de eso antes. Ahora lo veo y pienso, que aunque sé el nivel de conflictos que puedo llegar a tener con este tema, incluso en una relación e incluso con alguien en quien confío, con alguien a quien amé, no permití nunca esa "pequeña" parte que es, quisiera decir sencillamente.. dejarme querer. Y sinceramente agradezco hoy que aún esa relación no se haya dado, porque la realidad es que, como tantas, la habría arruinado.

Quiero contarte, que como tantas cosas que he descubierto en los últimos años de mi vida, lo que nunca deja de sorprenderme es como el decir cosas hace la diferencia, a veces siento que soy alguien de otro planeta aprendiendo a ser humano, cuando pienso cosas como: Decir cosas es importante. Como una especie de recordatorio mental acerca de como no arruinar las relaciones, las conversaciones, las historias. Ese es sin dudas mi más importante descubrimiento de mi vida de humana (jaja) porque realmente cambia las cosas, lo que pueda o no decir, lo que pueda o no aportar al bienestar o al malestar de alguien, el consejo que pueda dar a un amigo con un problema que finalmente termina ayudando a esa persona, es extraño. Se siente muy bien y se puede ver de esa manera como uno afecta la vida de la gente que ama. Asique estoy en este intento de re-habituarme e intentar sobrepasar mis dificultades y simplemente decir algo, decir lo que pienso. Porque es increíblemente genial cuando eso hace la diferencia.

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