jueves, 13 de febrero de 2014

Somos mucho más.



Hablando el otro día con Sofía, la nueva perra de Shey, (si, hablaba con la perra.)
Sheila se fue a comprar y me dejo sola con ella que esta terriblemente triste porque su dueño murió, no dejaba de llorar. Me senté a su lado y le expliqué que ella ahora era parte de nuestra familia de adoptados, le conté un poco nuestra historia, no le importó. Supongo que ella solo podía pensar en su dueño que ya no está, en quien fue su compañero de vida y en cuanto lo extraña, supongo yo, que la veo con la mirada perdida llorar.
Entonces respiré y le explique, que para mi… ya no tenia que sufrir. Que para mi no somos seres terrenales, entonces que se quedara tranquila, porque iban a volver a verse, que sí, es cierto, hoy ya no esta. Pero que yo no creo ser este cuerpo que hoy escribe esto. Somos otra cosa, ella, yo, su dueño que ya no está.
Nose que seremos, pero que genial es hoy ser humano o ser esto que soy, sentir las cosas de esta manera, tener la oportunidad de disfrutar de los placeres de esta vida, o a través de estas percepciones que siento en este cuerpo que no estoy segura que sea el mío.
Digo…no soy eso que se ve en el espejo, solo me acostumbre a verlo. Somos lo que sentimos, lo que pensamos, lo que dejamos en la vida de las personas que amamos en esta vida, somos esos recuerdos que hacen sonreír a alguien que distraído camina hoy por la calle, y su mente lo transporta a otro lugar, a un recuerdo.
A la felicidad compartida.
Si de algo estoy segura es de que no somos seres terrenales, somos mucho mas que eso, pero a esta vida venimos a sentir todo como sea posible, bueno, malo, yo prefiero lo bueno, disfrutar de todo, de la vida, de la gente que amo, del mar, de la musica, esas cosas tan únicas.
Una filosofia que vengo a descubrir hablando con la perra, increíble. Pero bueno, hay cosas que solo pasan.
Lo mejor de esta historia y este descubrimiento es, que Sofía dejó de llorar, levanto su cabeza del piso y me acompañó moviendo la cola. Algo que no había logrado en la hora que estuve sentada con ella hablándole.
Así que yo creo que me entendió, porque después de todo seguramente ella tampoco es un ser terrenal, o quizás entendió que hoy tiene otra familia, que dadas las circunstancias somos lo mejor que le pudo pasar, la calle era su opción y, ¿Quién más que Sheila se toma la molestia de acercase a un ser TAN triste solo para acompañarlo?
Nose bien que pasó, pero me conformo con que ella dejó de llorar, su mirada volvió, y con que yo descubrí una nueva manera de entender esta vida. Más allá de todo. Más allá de lo que hoy somos, estar juntos…hoy, ahora, acá, en esta vida y en este planeta es algo para disfrutar y celebrar. Porque quienes se encuentran una vez, no se olvidan jamás. Y me hace pensar en toda la gente que amo, en mi misma, y en como estamos destinados a morir, y el miedo a la muerte que hay en todo eso y el miedo que hay a lo desconocido y a las pérdidas. Hoy me encuentro pensando que no hay manera de perdernos, pues nos hemos encontrado. Y hoy solo queda disfrutar de eso.
 

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